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El Espejismo del Agua: Perú en la Encrucijada del Cambio Climático

  • Foto del escritor: Leydi Vasquez
    Leydi Vasquez
  • 10 ago 2023
  • 4 Min. de lectura


En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático, el recurso vital del agua emerge como un elemento crítico y vulnerable. Sin duda alguna, el agua es un elemento indispensable para la preservación de la vida humana, pero ¿Qué pasaría si ya no se dispone de la cantidad necesaria de este recurso? ¿Qué se puede hacer al respecto en el caso peruano?

Escribe: Leydi Vasquez

 

El cambio climático hace referencia a las variaciones de largo plazo en las temperaturas y en los patrones climáticos. Estas variaciones pueden ser naturales, debido a cambios en la actividad solar, o pueden ser causadas por actividades humanas. De hecho, la principal fuente de los efectos del cambio climático es resultado de las actividades humanas. Estas se manifiestan a través de la quema de combustibles como el carbón, el petróleo y el gas, que generan emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano. Estos gases atrapan el calor del sol en la atmósfera, lo que a su vez eleva las temperaturas (ONU, 2023).


Desde variaciones impredecibles en los patrones de precipitación hasta la disminución de las capas de hielo, así como el aumento del nivel del mar, las inundaciones y las sequías, la mayoría de los impactos del cambio climático están directamente relacionados con el agua. Un estudio realizado por el programa “Acción por el Clima” de la ONU (2022) muestra que, aproximadamente, dos mil millones de personas no tienen acceso a agua potable en todo el mundo. Además, se espera que las cifras vayan en aumento debido a la aceleración de los efectos del cambio climático y el crecimiento de la población.


Por otro lado, solo el 0.5% del agua presente en la Tierra es dulce, utilizable y disponible. Este suministro está siendo afectado por el cambio climático. En las últimas dos décadas, el almacenamiento de agua en tierra, que abarca desde la humedad del suelo hasta la nieve y el hielo, ha experimentado una disminución de aproximadamente un centímetro al año. La reducción de los suministros de este recurso hídrico almacenados en glaciares resultará en una disminución de la disponibilidad de agua durante los períodos cálidos y secos en las áreas abastecidas por el deshielo de las principales cadenas montañosas, donde actualmente reside más de una sexta parte de la población mundial. Además, se estima que el aumento del nivel del mar provocará la salinización de las aguas subterráneas, reduciendo la disponibilidad de agua dulce tanto para los seres humanos como para los ecosistemas de las zonas costeras.


El problema de escasez de agua no es ajeno a Perú; de hecho, el país se encuentra entre los más afectados por esta problemática en América Latina. Según un estudio llevado a cabo por el Banco Mundial en 2023, aproximadamente la mitad de la población peruana carece de acceso a agua de calidad y solo un 43% dispone de saneamiento gestionado de manera segura. Este estudio también señala que el sector agrícola consume la mayor parte del agua, representando el 89% de las extracciones hídricas a nivel nacional, cifra superior al promedio regional. Dado que uno de cada cuatro peruanos depende de la agricultura para su subsistencia y generación de ingresos, y esta depende en gran medida de la lluvia y el riego, una escasez hídrica tendría consecuencias catastróficas


Es importante destacar que el recurso hídrico no solo está ligado al aspecto agrícola, sino que también es esencial para la calidad de vida y la subsistencia de todos los ciudadanos. Por ejemplo, una de cada tres escuelas carece de instalaciones sanitarias adecuadas y solo una de cada cinco tiene acceso a agua de calidad. Además, el agua desempeña un papel crucial en la generación de más del 50% de la electricidad consumida en el país. La situación que enfrenta Perú en términos de abastecimiento hídrico refleja la complejidad y la interconexión de este recurso con varios aspectos vitales de la sociedad y la economía.


Por lo tanto, se colige que el agua es un motor clave para el desarrollo económico y social, y de los ecosistemas sostenibles; por lo tanto, la escasez de este recurso produciría un incremento de la pobreza, deterioro de la seguridad alimentaria, reducción de ingresos agrícolas, y múltiples crisis económicas y políticas que surgirían a partir de este gran problema. De tal manera que los efectos del cambio climático afectarían al crecimiento económico, el desarrollo y la estabilidad del Perú. De hecho, según el Banco Mundial (2023), las sequías, inundaciones, deslizamientos de tierras y la contaminación del agua le cuestan al Perú entre 8,400 millones y 13,400 millones de dólares al año.


Finalmente, el Banco Mundial presenta recomendaciones específicas para el caso peruano. En primer lugar, se propone mejorar y expandir la gestión de aguas residuales para abordar la calidad del agua en cuencas hídricas. Asimismo, se sugiere desarrollar enfoques personalizados que se ajusten a las condiciones rurales y periurbanas con el objetivo de reducir las disparidades de acceso en estas zonas. Por otro lado, se recomienda mejorar la eficiencia, sostenibilidad y equidad de los servicios de riego y drenaje. Por último, es necesario incrementar los reservorios con el objetivo de abastecer las zonas altas para usos agrícolas e industriales.


Fuentes:

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